lunes, 25 de enero de 2016

Test 16 PF

Test 16 PF
Aunque existen diversos tipos de test, hay uno que es fruto de más de 40 años de investigación, muy utilizado y favorecido en todo el mundo: el 16 pf, diseñado y mejorado por el psicólogo Raymond B. Cattell, quien redujo de 4.504 los rasgos de personalidad a 16 básicos, que se obtienen a través de 102 preguntas.
¿En qué consiste?
Los aspectos que mide el 16 pf están identificados de la siguiente manera, afirman los expertos Mario Núñez y Yanira Alemán: A, B, C, E, F, G, H, I, L, M, N, O, Q1, Q2, Q3, y Q4, más otros de segundo orden.

Estos factores están ordenados de acuerdo con su repercusión sobre la conducta en general del candidato, siendo A el elemento de mayor influencia.

La interpretación de estos aspectos se basa en cuán alta (8, 9 ó 10) o baja (1, 2 ó 3) es la puntuación obtenida en cada uno.
Por esta razón se habla de que una persona sea, A+ ó A-, y así sucesivamente con los demás factores. Sin embargo, no todos los individuos son uno o el otro, sino caen en algún punto del continuo entre los dos polos (+ ó -).
En seguida se presenta una descripción de cada uno de estos factores para facilitar la comprensión de lo que se está explorando con la prueba y de la calidad del perfil que puede obtenerse con su administración.
Factores Básicos
• Factor A: mide el carácter del individuo, el grado en que la persona busca establecer contacto con otras porque encuentra satisfactorio y gratificante el relacionarse con ellas.
Quienes obtienen puntuaciones altas (A+) cuentan con una mayor disposición hacia el afecto, tienden a ser más cariñosos, expresivos, dispuestos a cooperar, generosos, activos, y no temen a las críticas que puedan hacerse sobre ellos.
Los A+ prefieren los proyectos grupales en vez de la competencia individual y disfrutan de empleos que enfatizan la interacción social como ventas, trabajo social o enseñanza.
Los A- tienden a ser más reservados, formales, impersonales y escépticos. Prefieren laborar solos, son rígidos y precisos al manejar sus asuntos; pueden ser, en ocasiones, altamente críticos y rudos.
• Factor B: evalúa la inteligencia con base en el predominio del pensamiento abstracto (característico de una persona de inteligencia mayor) o concreto (indicador de una inteligencia menor).
Quienes tienen puntuaciones altas (B+) se le percibe como muy inteligente. Puede captar, analizar y comprender con facilidad las ideas o conceptos que se le presenten.
Los que obtienen calificaciones bajas (B-) tienden a interpretar la mayoría de las cosas de manera literal y concreta. Presentan dificultades para comprender conceptos y para el aprendizaje en general. Se les describe como lentos al reaccionar y de baja inteligencia.
• Factor C: se relaciona con la estabilidad emocional de la persona y la manera como se adapta al ambiente que le rodea.
Puntuaciones altas (C+) son características de seres realistas y estables emocionalmente. Se les considera maduros, con una alta fortaleza de ego y se les adjudica una capacidad para mantener sólida la moral de un grupo.
Los que obtienen calificaciones bajas (C-) son por lo general personas que se frustran rápidamente bajo condiciones no satisfactorias, tienden a evadir la realidad y tienen una fortaleza de ego muy baja.
Generalmente se ven afectadas fácilmente por los sentimientos, son neuróticas, la mayor parte del tiempo se encuentran insatisfechas y tienden a padecer de fobias, dificultades para dormir o problemas de tipo sicosomáticos.
• Factor E: mide el grado de control que tiende a poseer la persona en sus relaciones con otros seres humanos. Se determina si es dominante o sumiso.
Puntuaciones altas (E+) indican que el individuo es dominante. A este tipo de persona le resulta agradable y atractivo el estar en posiciones de poder para controlar y criticar a otros.
Son agresivos, competitivos, tercos, asertivos y seguros de sí mismos. Tienden a ser autoritarios con otros y no se someten a la autoridad.
Las personas que obtienen puntuaciones bajas (E-) tienden a ser sumisos, humildes y dóciles. Se dejan llevar fácilmente por otros, son conformistas, pasivos y considerados.
Debido a que les interesa evitar los conflictos en sus relaciones interpersonales, se esfuerzan por complacer y ganar la aprobación de los demás.
Factor F: se relaciona con el nivel de entusiasmo evidente en contextos sociales. Las personas con puntuaciones altas (F+) tienden a ser altamente entusiastas, espontáneas, expresivas y alegres. Son individuos francos e impulsivos. Con frecuencia salen electos como líderes.
Puntuaciones bajas (F-) son características de personas más sobrias, prudentes, serias, taciturnas, introspectivas, restringidas y, por lo general, pesimistas.
• Factor G: evalúa la internalización de los valores morales; estructuralmente se explora el súper-ego descrito por Sigmund Freud.
Puntuaciones altas en este factor (G+) son representativas de personas moralistas, conformistas, responsables y concienzudas que tienden a actuar siempre de acuerdo a las reglas.
Los que obtienen calificaciones bajas (G-) son individuos que no se comportan de acuerdo a las reglas, ni se someten por completo a las normas de la sociedad o de su cultura. Su necesidad de logro se percibe como baja o ninguna, pero esto no implica que no sean productivos.
• Factor H: mide la reactividad del sistema nervioso con base a la tendencia en la persona de un dominio parasimpático o simpático.
En las personas que obtienen puntuaciones altas en este factor (H+) resulta dominante el sistema parasimpático, son capaces de funcionar bajo altos niveles de estrés, ignoran las señales que indiquen o presagien peligros externos, les encanta correr riesgos y disfrutan del éxtasis que les produce el ser aventureros.
Los H- se limitan a lo seguro, predecible y estable para evitar situaciones o estímulos que puedan alterar su delicada homeostasis interna.
Factor I: se utiliza para medir el predominio, ya sea de los sentimientos o del pensamiento racional, en la persona en su toma de decisiones al conducirse en su diario vivir.
Los que obtienen puntuaciones altas (I+) funcionan bajo el dominio de sus sentimientos. Estas personas tienden a ser muy emotivas, de una sensibilidad extrema, distraídos, soñadores, intuitivos, impacientes, temperamentales y, por lo general, no son muy realistas.
Los (I-) se rigen por su pensamiento racional, siendo muy prácticos y realistas. Estos individuos son independientes, responsables, escépticos y, en ocasiones, pueden resultar cínicos y rudos.
Factor L: explora la identidad social del individuo y específicamente mide en que grado la persona se siente identificado o unido a la raza humana en general.
Los que puntean alto (L+) poseen unas fronteras personales tan marcadas que se desconectan del resto de la humanidad. Estas personas tienden a desconfiar de los demás, y se ha encontrado que su comportamiento tiende a ser paranoico.
Las personas que obtienen bajas puntuaciones (L-) se caracterizan primordialmente por sentirse uno con los demás. No se perciben como un mundo aparte, sino como parte de un mundo compuesto por toda la humanidad.
• Factor M: se basa en que los humanos pueden percibir de dos modos. La primera manera de percibir se nutre del contacto directo entre los cinco sentidos y el ambiente.
La otra forma se compone mayormente de un diseño interno de conexión subliminal de pensamientos y especulaciones que van organizando la información.

Las personas con altas puntuaciones (M+) se caracterizan por una intensa vida interna. Van por el mundo sumergidas en sus pensamientos, distraídos e inatentos a lo que sucede a su alrededor.
En términos de creatividad, los M- poseen niveles muy bajos o inexistentes. En casos de emergencia, tienden a mantener la calma y son capaces de resolver la situación.
• Factor N: se relaciona a las máscaras sociales, describe en qué grado las personas se ocultan, mostrando sólo aquellos rasgos que generen las respuestas que desean obtener de los demás.
Quienes obtienen puntuaciones altas (N+) tienden a ser calculadoras, frías, refinadas, diplomáticas, conscientes socialmente, utilitaristas y usan sus destrezas sociales para relacionarse con personas.
Los que puntean bajo (N-) son personas genuinas, abiertas, directas y sinceras que no se esfuerzan por impresionar a otros.
• Factor O: explora la autoestima de las personas con base a tendencias a experimentar culpa o inseguridades. Este factor no pretende categorizar a las personas entre altas y bajas autoestimas ya que el nivel al momento de la prueba puede ser uno de carácter transitorio, influenciado por eventos recientes.
Altas puntuaciones (O+) son obtenidas por personas cuya vida interna se rige por el sufrimiento, tienen expectativas personales muy altas, se preocupan demasiado, experimentan muchos sentimientos de culpa, son inseguros y no se sienten aceptados en situaciones grupales.
Los que puntean bajo (O-) tienen una visión muy positiva de su persona, son seguros de sí mismos y no están propensos a experimentar culpa.
• Factor Q1: explora la orientación sicológica hacia el cambio. Las personas que la prueba define como Q1+ están abiertas y dispuestas al cambio.
Los Q1+ se sienten menos atados a su pasado que el resto de los individuos, tienden a ser muy liberales y rechazan lo tradicional y convencional.
Los Q1-, muy conservadores y tradicionales. Aceptan lo establecido sin cuestionarlo, no les interesa el pensamiento intelectual o analítico y demuestran una marcada resistencia al cambio.
• Factor Q2: mide el grado de dependencia. Los que obtienen puntuaciones altas en este factor (Q2+) son autosuficientes que acostumbran tomar decisiones sin preocuparse por las opiniones ajenas, prefieren estar solos la mayor parte del tiempo y hacen sus cosas sin pedir ayuda a los demás.
Los Q2- demuestran una preferencia por estar en grupo la mayor parte del tiempo y toman sus decisiones con base a lo que piensan otros y lo que establece la sociedad, en vez de utilizar su propio juicio, y necesitan sentir que pertenecen a un grupo donde son aceptados y queridos.
Factor Q3: explora los esfuerzos del individuo por mantener una congruencia entre su yo ideal y su yo real, moldeándose de acuerdo a patrones establecidos y aprobados por la sociedad.
Los que obtienen puntuaciones altas (Q3+) se esfuerzan por igualar su conducta a la imagen ideal y socialmente aceptable que se han creado.
Por otro lado, los Q3- no se esfuerzan por controlarse y disciplinarse para lograr igualarse a los ideales de conducta, y no le dan importancia alguna a las reglas que establece la sociedad.
Factor Q4: mide las sensaciones desagradables que tienden a acompañar la excitación del sistema nervioso autónomo, comúnmente conocida como tensión nerviosa.
Los que puntean alto (Q4+) experimentan niveles extremos de tensión nerviosa, padecen de una incomodidad subjetiva constante, son impacientes y se distinguen por su incapacidad para mantenerse inactivos.
Al otro extremo del continuo se encuentran los Q4-, quienes se caracterizan primordialmente por la ausencia de tensión nerviosa, llevan una existencia tranquila y relajada, regida por la calma, la paciencia y un alto grado de satisfacción que podría conducir a la vagancia y al conformismo.

Test Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesotta (MMPI)

El Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesotta (o MMPI, por sus siglas en inglés: Minnesota Multiphasic Personality Inventory) es uno de los test de personalidad más usados en el campo de la salud mental, cuyo diseño está abocado a la identificación del perfil de personalidad y la detección de psicopatologías.
El contenido del test cubre áreas como la salud general, afectiva, neurológica, síntomas motores, actitudes sexuales/políticas y sociales, aspectos educativos, ocupacionales, familiares y maritales y manifestaciones de conductas neuróticas y psicóticas.
El MMPI fue creado en 1943 por Hathaway y McKinley en su búsqueda por contar con un único instrumento de evaluación que sirviera para obtener datos de la personalidad de los sujetos, en un único test, por ello, para su realización, los autores recogieron gran cantidad de ítems obtenidos de textos psiquiátricos, fichas clínicas, informes psicológicos, escalas actitudinales y también se valieron de su propia experiencia profesional.
El test obtenido fue puesto en práctica en un grupo muy numeroso y diverso de personas sin ninguna patología y que no estaban en tratamiento psiquiátrico pero que se podía diferenciar claramente por edad, ocupación, estado civil y otros parámetros importantes. También fue probado en pacientes psiquiátricos con preocupaciones exacerbadas sobre funciones de su cuerpo, delincuentes en tratamiento psiquiátrico, pacientes con dilemas de autorreferencial, persecución o grandeza, pacientes obsesivos, compulsivos, culposos, con sentimientos de apatía, delirio, alucinación e hiperactividad, entre otros.
Con los datos recogidos lograron desarrollar ocho escalas clínicas: Hipocondría (Hs), Depresión (D), Histeria (Hy), Desviación Psicopática (Pd), Paranoia (Pa), Psicastenia (Pt), Esquizofrenia (Sc) e Hipomanía (Ma).


Más adelante se construyeron la escala de Introversión Social (Si), desarrollada por Drake en 1946, seleccionando ítems del conjunto original que diferenciaban entre estudiantes universitarios que puntuaban por sobre el Percentil 65 y por debajo del Percentil 35 en la escala de Introversión Social del Inventario T-S-E de Minnesota; La escala Masculino – Femenino (Mf), desarrollada en 1956 por Hathaway y McKinley con el propósito inicial de diferenciar entre hombres heterosexuales y homosexuales.

En su última versión MMPI-2 (revisión para adultos por Butcher, Dahlstrom, Graham, Tellegen y Kaemmer, 1989), el test se compone de 567 ítems dispuestos en 10 escalas clínicas, que exploran distintos aspectos de la personalidad, y en 3 escalas de validación, que señalan el grado de confiabilidad de las respuestas obtenidas.

* 3 Escalas clínicas
– L (Mentira)
– F (Incoherencia)
– K (Corrección)

* 10 Escalas clínicas
– 1 Hs (Hipocondría)
– 2 D (Depresión)
– 3 Hy (Histeria)
– 4 Pd (Desviación Psicopática)
– 5 MfV (Masculinidad-Feminidad: Varones)
– 5 MfM (Masculinidad-Feminidad: Mujeres)
– 6 Pa (Paranoia)
– 7 Pt (Psicastenia)
– 8 Sc (Esquizofrenia)
– 9 Ma (Hipomanía)
– 0 Si (Introversión Social)
Como muchos test estandarizados, las puntuaciones obtenidas en las diversas escalas del MMPI-2 y el MMPI-2-RF no son representan si alguien ha hecho bien o mal el test o si es bueno o malo según los resultados obtenidos.
Los resultados se comparan con los de un grupo normativo estudiado; es decir que las puntuaciones directas son transformadas en una medida estandarizada conocida como puntuaciones T (media 50, desviación típica 10), lo cual facilita la interpretación.
Es importante destacar que en este tipo de test no necesariamente existe una relación entre el contenido del ítem y lo que se quiere evaluar, es decir que una alta puntuación de Hipocondría no permite inferir en que el sujeto sea hipocondríaco.
¿Cómo se realiza el test MMPI?
El inventario consiste en 550 afirmaciones que el sujeto debe clasificar como Verdaderas o Falsas según sean o no aplicables a sí mismo; las afirmaciones son sencillas y, por citar algunos ejemplos: “Soy feliz la mayor parte del tiempo” y “El ruido me despierta fácilmente”.
Este test se puede realizar en forma individual o colectiva con diferentes métodos:
Cuadernillo de tapas blandas o duras:
Este cuadernillo contiene, en sus primeras páginas, las instrucciones y a continuación las afirmaciones; por otro lado se provee al sujeto de una hoja de respuestas donde tildará si las afirmaciones son Verdaderas o Falsas. La hoja de respuestas será evaluada por un psicólogo
Tarjetas:
Formada por tantas tarjetas como afirmaciones hay; las tarjetas se encuentran ordenadas en una caja donde también se podrán encontrar tres tarjetas extra de Verdadera, Falso y No sé. El método ha sido desarrollado para personas con capacidad mental limitada, que se presentan como confusos o con dificultades visuales. El profesional que realiza la evaluación deberá tomar nota de las respuestas para luego analizarlas.
Versión grabada en cinta magnética:
Las afirmaciones están grabadas en una cinta que es reproducida al sujeto quien deberá, luego de cada audición, responder por verdadero, falso; sus respuestas pueden ser grabadas en la cinta, en espacios en blanco para tal fin. Este mecanismo se utiliza con personas analfabetas o con determinadas características físicas o psicológicas que no le permiten responder el test con las anteriores formas.
Existen, además, formas abreviadas para realizar el test que, realmente, toma mucho tiempo, aunque no siempre se recomienda su práctica porque existe pérdida de información. La forma abreviada más aceptada consiste en aplicar sólo aquellos ítems que forman parte de las Escalas de validez y de las Escalas clínicas básicas, reduciéndose a la mitad la cantidad de preguntas a contestar.
El test puede ser realizado por sujetos desde los 16 años y sin límite máximo de edad, con un mínimo de 6 años de escolarización; las personas con C.I. inferior a 80 deberán ser asistidos por el examinador para responder algunas preguntas pues en ocasiones han presentados dificultades para interpretar las consignas.
Su aplicación en la adolescencia
La adolescencia es una etapa de la vida que presenta grandes desafíos a padres y educadores que, en ocasiones, no logran descifrar los enigmas de la personalidad del joven que se presentan con problemas conductuales o desequilibrios psicológicos. Probablemente por ello es que la evaluación de la personalidad, la observancia de los síntomas psicológicos y de los problemas de conducta representan, además, una tarea difícil porque el adolescente puede exagerar o ignorar la problemática.
La conducta de los adolescentes debe ser tenida en cuenta observando un contexto amplio que reúna los ámbitos familiar, escolar y social, pues el comportamiento de sus pares y de los adultos que lo rodean tiene un impacto muy fuerte y directo sobre su funcionamiento psicológico.
Para detectar problemas en los adolescentes existe un test adaptado para la evaluación psicológica de los adolescentes, el MMPI-A que incorpora nuevos elementos y escalas con contenidos específicamente relevantes en los jóvenes. Para ello se han construido nuevos elementos acordes con el desarrollo y la psicopatología de los adolescentes, se han creado nuevas escalas de contenido como Problemas escolares, Bajas aspiraciones, Alienación, entre otros; y suplementarias, de las cuales, dos son para evaluar Problemas de alcohol y drogas y una para evaluar Inmadurez.